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Check Piscina
79.00€
El agua de una piscina, está inevitablemente sujeta a contaminación y a degradación debido a la acción del viento, lluvia, sol y sobre todo de los bañistas, por lo que debe estar sometida a tratamientos físico-químicos para mantener la calidad adecuada.
Mientras usted está en la piscina, y especialmente los niños, además de estar en contacto directo con el agua, también pueden llegar a ingerirla, por lo que es importante conocer la calidad del agua.
El análisis de agua CHECK PISCINA estudia los parámetros indicadores de la calidad físico-química y microbiológica de su agua y de su posible contaminación.
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¿Qué parámetros incluye el análisis?
Ai
El ácido isocianúrico es utilizado como estabilizante del cloro y está presente en la mayoría de los productos comerciales que tienen el cloro estabilizado (pastillas, polvos, etc.).
En concentraciones altas, superiores a 50 mg/L, el ácido isocianúrico produce una disminución en la capacidad de desinfección del cloro. Para compensar esta influencia, y que el cloro sea un desinfectante eficaz, se debe aumentar el contenido de cloro en el agua de piscinas.
Por ello es muy importante vigilar además del contenido de cloro, también la concentración de ácido isocianúrico.
AL
La alcalinidad en un agua es debida principalmente a la presencia de carbonatos, bicarbonatos e hidróxidos y cuanto mayor alcalinidad tiene un agua, mayor capacidad tiene de neutralizar los ácidos, por lo que el pH del agua será más estable.
Se recomienda una alcalinidad mínima de 20 mg/L, ya que concentraciones inferiores harían que el agua fuera muy sensible a cualquier variación de pH. Concentraciones elevadas no son perjudiciales para la salud, aunque podrían provocar problemas de incrustaciones en equipos y tuberías (ver Dureza).
En el caso de aguas de piscina, una elevada alcalinidad (>125 mg/L CaCO3) puede provocar turbidez en el agua, incrustaciones en paredes del vaso de la piscina y un aumento del pH del agua.
EC
E. Coli es un tipo de coliforme indicador de contaminación fecal reciente es uno de los indicadores más utilizados para conocer la posible contaminación de aguas por vertidos de aguas residuales.
Este parámetro se mide en ufc (unidades formadoras de colonia) en un volumen determinado (que suele ser 100 ml o 250 ml).
Para las aguas potables de consumo público, el limite para E.Coli es de 0 ufc/100 ml.
pH
El pH es una medida que nos indica si un agua es ácida (valores inferiores a 7), básica (superiores a 7) o neutra. La mayoría de las aguas naturales se encuentran entre pH de 6,5 a 8,5.
Aunque el pH no suele afectar directamente a los consumidores es uno de los parámetros operativos más importantes de la calidad del agua y está ligado a la eficacia de procesos como la desinfección y puede ser indicativo de contaminación o averías de equipos de tratamiento.
Para las aguas potables de consumo humano, el pH debe estar comprendido entre 6,5 y 9,5.
En el caso de aguas de piscinas, si el pH está por debajo de 6,0 o por encima de 9,0, se debe evitar el baño hasta que se normalice el pH (se recomienda un pH alrededor de 7,5).
RO
El potencial redox se utiliza para medir el potencial de reducción u oxidación que tiene un agua. Entre otras utilidades, se usa para controlar la eficacia de los procesos de desinfección del agua. En el caso de aguas de piscinas, se recomienda que el potencial redox se encuentre entre 250 y 750 mV.
PA
Las pseudomonas aeruginosas son bacterias muy comunes en la naturaleza, pudiéndose encontrar en suelos, aguas y aguas residuales. Pueden causar diversas infecciones, pero no suelen tener un carácter grave. Este tipo de bacterias se suelen eliminar fácilmente con la desinfección del agua.
Este tipo de bacterias se controlan especialmente en el caso de aguas envasadas y en piscinas.
Tb
La turbidez del agua está causada por la presencia de partículas de materia que pueden proceder del agua de origen, como consecuencia de un filtrado inadecuado, o debido al desprendimiento de biopelículas en el sistema de distribución.
Las partículas pueden proteger a los microorganismos de los efectos de la desinfección y pueden estimular la proliferación de bacterias.
Cuando se someta al agua a un tratamiento de desinfección, su turbidez debe ser baja para que el tratamiento sea eficaz.
Para las aguas potables de consumo humano se considera un límite máximo en las redes de distribución de 5 UNF.
En el caso de aguas de piscina, si la turbidez supera los 20 UNF se debe evitar el baño hasta disminuir dicho valor (se recomienda un valor inferior a 5 UNF).